jueves, 14 de abril de 2011

Tuxcabulario #4: “Qué es una Distribución de Linux?”

Una Distribución de Linux o “Distro”, como habitualmente se les conoce, es una colección de aplicaciones y de herramientas de administración del sistema, que a su vez, acompañan a un Kernel de Linux, así como a un conjunto de librerías necesarias para el buen funcionamiento de dichas aplicaciones y del sistema mismo.


Dicho Kernel de Linux puede incluirse ya sea en su versión «vainilla» (término explicado en el Tuxcabulario #2) o con modificaciones implementadas por el equipo de desarrollo detrás de la distribución.

Por ejemplo, una determinada «Distro» puede quererse apegar únicamente al uso de software libre, por lo que decide suprimir del Kernel de Linux todo “bit” de código propietario (software que no pueda ser modificado o redistribuido por el tipo de licencia bajo el cuál se rige al pertenecer a alguna empresa o corporación; cómo sucede con algunos controladores de dispositivos, cuyo código no se apega a la filosofía del software libre) y aunque esto se trata de una cuestión filosófica o política por parte de los desarrolladores, llega a ocurrir.


Otro caso, es cuándo un equipo de desarrollo decide acompañar su selección de software con una determinada versión del Kernel de Linux, porque les parece que éste se comporta de manera óptima con dicha selección o porque contiene controladores que consideran buena idea incluir. O por citar otro ejemplo, cuando un equipo de desarrollo decide “depurar” el código del Kernel para corregir ciertas fallas de origen.



Tales modificaciones al Kernel de Linux , la selección de software y las herramientas que se incluyen, hacen la diferencia entre cada una de las distribuciones.

Muchas ocasiones, los desarrolladores crean sus propias herramientas para administrar el sistema, modifican la interfaz de usuario, usan ciertas combinaciones de entorno de escritorio y gestor de ventanas o utilizan sus propias herramientas para instalar software, así como procedimientos particulares para realizar dicha tarea.


Y precisamente otro rasgo que diferencia a una distribución de otra es el «sistema de empaquetamiento». Es decir, el formato en que los paquetes de software se presentan y el modo en que son manejados para su instalación. Por ejemplo, Debian y sus derivadas usan el formato de paquetes .deb para el manejo e instalación de software, este cómodo formato busca resolver dependencias entre los programas y generalmente lo hace con mucho éxito, valiéndose de una herramienta gráfica para dichas labores llamada Synaptic.


Mientras que por otro lado, el formato .rpm es utilizado en distribuciones como Red Hat, Open SuSE, Mandriva, Fedora y sus derivadas.  En el caso de Fedora, la gestión e instalación de paquetes es realizada a través de una herramienta llamada YUM. Mientras que OpenSuSe lo hace a través de YAST2 y en Mandriva se hace con RPMDrake de manera gráfica.


Algunas otras distribuciones prefieren manejar la instalación de software desde paquetes que contengan el código fuente de dicho software y que vengan empaquetados en formato .tar, tar.bz2 o .tar.gz (estos son los llamados "tarballs").

Esto significa que todo paquete de software también puede instalarse vía línea de comando a través de la consola o terminal, según las instrucciones incluídas en el interior del paquete. Tal método puede intimidar a los novatos y hacerlos percibir a Linux como un sistema complicado.
De ahí, que me refiera tanto a las herramientas gráficas.



En la actualidad existen cerca de 600 distribuciones, de las cuales 300 se encuentran en desarrollo activo, por lo cuál me es imposible darle espacio a todas y cada una de ellas en este momento, pero todas tienen mecanismos y virtudes propias que las distinguen.




Se puede filosofar mucho sobre que aspectos pueden considerarse valiosos a la hora de elegir una distribución, pero también es buena idea abordar el asunto a manera de sana aventura. Si tu situación es la de ser totalmente nuevo con Linux, de partida ponte las cosas lo más fáciles posibles, déjate guiar por tu curiosidad y espiritu de descubrimiento.
Ese sentido de facilidad tumbará la primera gran barrera, que es la costumbre de la mente para programarse en pensar que lo nuevo es difícil.


Aunque esta sea tal vez la más superficial de las razones que puedas encontrar, con el tiempo y a medida que aprendas más sobre el sistema y tras dominar lo básico de manera fácil, irás teniendo mayores elementos para comparar a fondo los entornos de escritorio, sistemas de empaquetado, herramientas administrativas, particularidades del Kernel, etc, y entonces podrás elegir de modo totalmente razonado "tu" distribución.



Mientras tanto date el gusto de explorar el mundo Linux sin presiones y con afán de diversión constructiva.


Mira que hoy en día también es importante, aunque cada vez más escasa, la capacidad de divertirse.


Cambio y Fuera...

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